Para los fans

Para los fans

21 de febrero de 2014

5

Cuando mi alarma suena a las 8 la mañana siguiente me despierto con pánico, dándome cuenta que aún no he elegido mi atuendo para la cita – ¡que omisión tan tonta! No tengo ni idea de que ha planeado Billy para el día ya que quiere sorprenderme, aunque como no hay casi nada que hacer en Rosefont Hill será interesante ver qué se le ocurre.
Como no sé a dónde iremos ni qué haremos, no tengo idea de qué será apropiado usar. ¿Debería arreglarme en un lindo vestido? ¿O debería vestirme con jeans y botas para estar cómoda en caso de que hagamos algo aventurero? Paseo por la habitación eligiendo vestidos florales y faldas coloridas antes de descartarlas por ser demasiado llamativas. Ropas de todos los colores y tamaños vuelan en el aire mientras busco ansiosamente el atuendo perfecto.

Después de probarme todo en mi guardarropa al menos 3 veces me doy cuenta que Billy sólo me ha visto con un delantal y cubierta de harina – ¡así que cualquier cosa que elija usar será una gran mejora! Así que decido quedarme con mis jeans y botas de siempre, pero uso una linda blusa rosa para arreglarme un poco. Al menos estaré cómoda y no estaré jalando el dobladillo de una falda todo el día.
Después de bañarme, seco mi cabello y me hago rizos, me depilo las cejas para que se vean más atractivas y cuidadosamente me aplico un poco de maquillaje frente al espejo (oh si, hoy definitivamente necesito base, bronceador y rímel).
Cuando termino de maquillarme me mareo, así que me obligo a detenerme y sentarme en el retrete con la cabeza en las manos. Sé que son los nervios traicionándome de nuevo así que trato de respirar. Cuando empiezo a tranquilizarme escucho que alguien toca la puerta de mi habitación.
‘¿Estás bien Soph?’ pregunta mamá.
‘Si…’ digo, mientras me levanto y abro la puerta, dándole una sonrisa nerviosa.
‘¡Te ves hermosa!’
‘Gracias…’ digo, mordiéndome el labio.
‘¡Oh no! ¡Mira esa cara!’ se ríe mientras toma mi nariz entre sus dedos.
‘Sólo estoy un poco nerviosa…’
‘No tienes por qué estar nerviosa. Sólo es una cita.’
‘Lo sé…’
‘Bueno, entonces solo ve y diviértete,’ dice, mientras me golpea el brazo juguetonamente.
Viéndome por última vez en el espejo le doy un beso de despedida a mamá, corro a mi habitación para tomar mi bolsa y abrigo y salgo volando por la puerta.
*
Billy ya está afuera de la tienda cuando llego a High Street. Tiene las manos detrás de la espalda, una mochila morada colgada en un hombro y una gran sonrisa en su rostro, viéndose maravilloso. Me alegra darme cuenta que él también usa ropa casual, usando jeans deslavados y una chamarra naranja con cierre blanco. Aunque, interesantemente, también está usando un par de botas negras wellington.
Cuando eventualmente me uno a él en lo alto de la colina, se inclina hacia mí y me da un beso en la mejilla, lo que inmediatamente hace que mi interior brinque y baile.
‘Te ves hermosa,’ susurra en mi oído.
Sonrío, haciendo que mis nervios se aprovechen de mí y mis mejillas se pongan rosas.
‘Bien,’ dice, su tono volviéndose demandante. ‘Estás son para ti,’ sonríe, dándome un par de botas wellington florales rosas con azul que ha estado escondiendo detrás de su espalda.
‘¿Para qué son?’ pregunto, riéndome nerviosamente, tomándolas.
‘Bueno, sé que no va ha estado lloviendo últimamente, pero pensé que sería mejor estar preparados, no queremos terminar en un charco de lodo ¿cierto? También hay un par de calcetines.’
Me le quedo viendo asombrada. Esto no es lo que estaba esperando. ‘He escuchado que en las primeras citas las chicas reciben flores, incluso chocolates, ¡pero nunca wellies1!’
‘Ya te he dado flores,’ dice, alzando las cejas. ‘Rápido, rápido. Póntelas.’
‘Espera. ¿Cómo demonios sabías mi número?’ pregunto, viéndolo sospechosamente. ‘¿Me estás acosando?’
‘¡Dios, ya descubriste mi plan!’ sonríe.
Me recargo en la pared de la tienda y me pongo las botas mientras Billy me ve y mete mis botas en su mochila. Una vez que tengo mi nuevo calzado, y que lo he aflojado un poco, Billy me toma de la mano. ‘Vamos,’ dice, mientras me guía por el camino.
Damos la vuelta en la esquina donde descubro dos grandes caballos atados a un árbol.
‘Te presento a Tony y Connie,’ dice.
‘¡Wow!’ digo antes de poder evitarlo mientras veo los caballos. El que Billy señaló como Tony tiene una capa café con parches blancos en forma de diamante en la frente y calcetas blancas; está ocupado masticando algunas hojas del jardín de la señora Wallis. Connie, con su capa gris y crin negra, nos está viendo.
‘Espero que no tengas miedo a los caballos’
‘No, no. De hecho, solía montarlos todo el tiempo, ¡pero no me he montado en un caballo hace años!’
‘No fue una gran caída o algo parecido lo que te hizo dejar de montar ¿cierto?’ pregunta ansiosamente.
‘Que gracioso que digas eso. Me caí y me rompí la muñeca cuando tenía diez años. En aquel entonces quería competir en salto de caballo, pero la caída hizo que no pudiera montar por meses. Para el momento en que mi muleca se recuperó ya tenía otro sueño.’
‘¿Así que no vas a tener miedo de subirte en uno?’ pregunta, tomando las riendas de Tony, haciéndome saber que debo montar a Connie.
‘¡Para nada!’ declaro, mientras emocionada me subo a Connie de un brinco. Lo admitiré, estoy bastante orgullosa del modo en que me subí de un solo brinco como una profesional, casi sin hacer ruido. Ajusto los estribos y me siento mientras veo a Billy intentando subirse a su caballo – sin éxito. Primero intenta alzar una pierna pero no puede alcanzar el estribo, luego intenta acercar al caballo hacia la cerca para que pueda subirse desde ahí – pero el caballo no lo ayuda de ninguna manera. Cada que Tony decide acompañarlo a la cerca, se aleja de la misma una vez que Billy se ha subido a ella, listo para montar.
‘He estado haciendo esto perfectamente toda la semana y ahora no puedo subirme en la maldita cosa. ¡TONY!’ grita cuando una vez más el caballo no hace lo que le pide.
‘Tranquilo vaquero,’ bromeo mientras me bajo de mi caballo y voy a ayudarlo. Tomo a Tony y lo guío de vuelta a la cerca, manteniendo firme sus riendas para que no se aleje cuando Billy se suba. ‘Listo… ¡al fin!’ digo, sonriendo a Billy antes de darle las riendas y subiéndome de nuevo a Connie con facilidad.
‘¡Qué mal inicio!’ dice.
‘Oh, calla. Es bueno que no seas bueno en todo, ¡señor estrella!’
‘Créeme – ¡hay muchas cosas en las que soy una porquería!’
‘¡Bien! Ahora, ¿a dónde vamos?’
Por la siguiente hora recorrimos los bosques locales, que están cubiertos por una manta de campanillas. Es hermoso. Me emociona montar un caballo de nuevo después de tanto tiempo y disfruto hacer que Connie alterne entre trote y galope, para consternación de Billy, ya que su caballo quiere copiar lo que hace el mío. Es claro que aunque está cómodo sentado en el caballo, no es un jinete experto. Decido aligerar el paso cuando lo escucho respirar con dificultad y lo veo brincar dolorosamente en la espalda del caballo.
‘Lo siento,’ grito. ‘¡Me deje llevar un poco!’
‘No, me alegro que lo disfrutes,’ dice sin aliento, con una sonrisa contagiosa en su rostro. Es ridículamente hermoso, aún en este estado demacrado.
‘¿Te gustaría detenerte un rato? ¿Podemos bajarnos y caminar un rato si quieres?’
‘De hecho, creo que hay un gran lago si sigues por este camino.’
‘Lo conozco.’
‘Claro. Bueno, sigamos hasta allí y luego podemos detenernos un rato.’
‘Ok, parece un plan. Puedes guiarme esta vez.’ Digo, obligando a Connie a detenerse para que Billy y Tony puedan pasar, por lo que se molesta.
Montamos sin prisa hasta el lago, deteniéndonos bajo un gran roble, en donde atamos a los caballos.
‘¿Tienes hambre?’ pregunta Billy, limpiándose las manos en los jeans.
‘De hecho me muero de hambre,’ admito.
Me sentía mal por los nervios en la mañana y corría en pánico tratando de alistarme, y olvidé comer antes de salir. Ahora que se ha mencionado la comida, ¡me doy cuenta que estoy famélica!
‘Yo también. Estaba muy ansioso para comer esta mañana.’
‘¿En serio? ¿Por qué?’
‘Tenía planeada una cita con una chica hermosa.’
‘¡Haa! Me alegra que te del diálogos en esas películas en las que actúas, porque si no estarías en problemas,’ digo riendo.
‘Gracias. Como sea, volvamos al asunto de la comida… Cierra los ojos.’
‘¿Qué? ¿Por qué?’ rio.
‘¿Por favor?’ suplica.
Sonrío y pongo los ojos en blanco, haciendo lo que pide, inmediatamente sintiéndome expuesta y vulnerable a lo desconocido. Mis mejillas empiezan a enrojecerse cuando sus manos toman las mías y me guían por el bosque. Emoción y nervios hacen que mi piel se ponga sensible. Tengo que luchar contra la urgencia de abrir los ojos y ver a dónde me lleva. Me las arreglo para mantenerlos cerrados mientras escucho los palos y hojas que truenan bajo mis pies mientras Billy me guía con tranquilidad.
‘Ok…,’ dice, poniendo una mano sobre mi hombro para decirme que hemos llegado a nuestro destino. ‘Ya puedes abrir los ojos.’
Abro los ojos y me sorprendo cuando veo lo que hay frente a mí. Líneas de luces colgadas en espiral en los troncos de los árboles, con miles más colgadas de las altas ramas, imitando un cielo estrellado sobre nosotros. Una gran sábana negra rodea el lugar, y lo aleja del mundo exterior, logrando que las luces brillen más en la oscuridad. Bajo el cielo de estrellas, una manta de cuadros azul y morado ha sido extendida rodeada por un anillo de campanillas, con moldes de comida, vasos y botellas, junto con un montón de cojines, Es como una guarida o un fuerte que haces cuando eres niño para jugar, pero mucho más mágico. Es asombroso.
Me quedo parada con la boca abierta. Nunca nadie se ha esforzado tanto por mí. Jamás. Estoy sorprendida por ello que puedo sentir las lágrimas amenazando con salir, así que tenso la mandíbula para evitar llorar.
Billy, que ha estado parado detrás de mí, viendo mientras reconozco e lugar, me aprieta la mano – probablemente porque he estado viéndolo con la boca abierta y aún no he dicho nada.
‘¡Wow!’ me las arreglo para decir, mis ojos llenos de lágrimas.
‘Dos “wow” en una cita. Creo que eso es una buena señal…’
‘Lo es. ¿Cómo hiciste todo esto?’
‘Ahh, eso sería revelar el secreto. Vamos, sentémonos,’ dice, guiándome de la mano hacia la manta, donde los dos luchamos para quitarnos nuestras wellies llenas de barro antes de sentarnos y ponernos cómodos.
Billy toma una de las botellas, las abre, sirve su contenido en dos copas y me da una.
‘Supuse que estaríamos sedientos después de montar, así que pensé que jugo de naranja y arándano sería bueno, mejor que vino o algo más.’
‘¡Esa es mi bebida favorita!’ digo con sorpresa, tomando un trago.
‘¿Quién lo diría?’ dice con una sonrisa.
Hasta que empiezo a abrir los moldes de comida y encuentro uno con bollos, es que empiezo a entender la situación.
‘¿Bollos?’
‘Sip,’ dice Billy, ocupado con un molde de sándwiches.
‘Se ven deliciosos.’
‘Mmmm… yummy,’
Sigue evitando mi mirada mientras abre otro molde, que contiene ensalada de jitomate – así que le pico las costillas.
‘Ouch,’ se ríe.
‘¿Hiciste esto tú? ¿O alguien te ayudó?’
‘De hecho lo hice yo, pero bajo la supervisión de una cocinera más experimentada.’
‘¡Molly!’
‘¿Cómo demonios adivinaste eso?’ pregunta con voz aguda.
‘¿Cómo demonios lo mantuvo en secreto?’
‘¡Dijo que fue muy difícil!’
‘¡Lo apuesto! ¿Tienes idea de qué tan chismosa es? Esto debió haberla matado,’ me rio. ‘Así que ¿cuándo hiciste todo esto?’
Billy deja escapar un gran suspiro, triste de que he revelado su secreto y sabiendo que no me rendiré hasta que me dé todas las respuestas que quiera.
‘Supongo que ya puedo decirte… esta mañana. Me encontré con Molly en la tienda a las 8 y me ayudó a hacerlo todo. Es genial – especialmente cuando me dijo tus comidas favoritas.’
‘Pero entonces ¿quién montó todo esto?’ pregunto, viendo el bosque encantado que ha sido alzado a nuestro alrededor.
‘Un par de miembros de la película ayudaron. Vine aquí con ellos antes de ir por la comida.’
‘Parece que tuviste una mañana ocupada.’
‘Así es, pero quería darte una buena impresión.’
‘Bueno, definitivamente lo lograste.’
‘Bien.’
Ambos nos sentamos riendo mientras empezamos a comer.
Nunca me he sentido tan relajada y mareada al mismo tiempo. Billy tiene un modo de hacerme sentir cómoda y segura en su compañía, pero al mismo tiempo mi cuerpo se agita de deseo. Es electrificantemente carismático… asombrosamente.
Una vez que comimos todo lo que pudimos, nos recostamos en la manta con nuestras cabezas juntas en una de las almohadas y vimos las luces brillar sobre nosotros. Estoy extremadamente consciente del hecho de que nuestros hombros se están tocando, permitiéndome sentir el calor que produce el cuerpo de Billy, lo que envía escalofríos de nerviosa aprehensión por todo mi cuerpo.
‘¿Cuál es tu libro favorito?’ pregunto después de un momento de silencio.
‘Oh Dios.’
‘¿Qué?’ pregunto.
‘Bueno, podría mentir e inventar algo, pero la verdad es que nunca he leído un libro completo en toda mi vida.’
‘¿Nunca?’
‘Nop.’
‘Caray.’
‘Lo sé. Dios, siento que me han atrapado.’ Dice, cubriendo su cara con las manos por la vergüenza. ‘¿Cuál es el tuyo?’
Jane Eyre,’ declaro, sin duda alguna.
‘¿Jane qué?’
‘Es un clásico.’
‘Algún día lo leeré.’
‘¡Si, claro! Espera, ¿eso significa que ni siquiera has leído Orgullo y Prejuicio?’
‘Así que ¿Qué querías ser una vez que perdiste el interés en los caballos?’ pregunta Billy, cambiando el tema, y haciendo que los dos estallemos en risa.
‘Escritora, luego doctora y eventualmente florista. Por un tiempo.’
‘¿Cómo es eso?’
‘Amo las flores.’
‘¿Qué te hizo dejar de querer ser florista?’
‘Conseguí trabajo en la florería local. No un trabajo de verdad ni nada, era muy joven. Pero pasé cada Sábado limpiando macetas sucias y obtenía 15 libras por hacerlo. El olor y suciedad me hicieron dejarlo eventualmente.’
‘Suena asqueroso.’
‘Hmmm, lo era. Aunque aún me gustaría hacer algo con flores en algún momento.’
‘¿En serio? ¿Qué quieres ahora?’
‘Mi propio salón de té.’
‘¿Para quitarle el trabajo a Molly?’ pregunta, dándome un codazo.
‘No, no, no, nunca haría eso. Molly está envejeciendo – le guste o no, no va a poder manejar la tienda por siempre,’ explico. ‘De hecho, tiene un hijo llamado Peter que se mudó a Australia hace un par de años y siempre habla de la posibilidad de mudarse allá para poder estar con él. Desde que su esposo murió ha estado sola. Creo que le gustaría estar con su familia. Con eso en mente, mi plan es ahorrar tanto como pueda para comprarle el salón de té cuando decida mudarse y venderla.’
‘¿En serio?’
‘Sip. Odio decirte esto pero mi vida consiste en libros y hornear.’ Giro la cabeza para poder verlo bien y empiezo a reír. ‘Oh Dios, no puedo creer que admití ser tan aburrida.’
‘No, no los ha hecho.’
‘La verdad es que rara vez salgo a antros. No me gusta beber, fumar o tomar drogas – simplemente he encontrado mejores cosas en qué gastar mi dinero. Sé que suena un poco estúpido, pero desde el momento en que entré al salón de té me sentí en casa. Desde entonces se convirtió… en todo lo que quería.’
‘¿Qué cambiarías de la tienda una vez que fueras la jefa?’
‘Me gustaría que fuera aún más un refugio para mujeres.’
‘¿Qué? ¿Más femenino que manteles floreados y delicadas tazas?’ pregunta con una mueca de sorpresa en el rostro.
‘¡Sí!’
‘No creí que eso fuera posible.’
‘Oh, lo es,’ digo, girando boca abajo por la emoción. ‘Quiero agregar una sección de flores a la tienda – aunque no una florería que haga arreglos. Simplemente quiero tener montones de flores disponibles para que la gente elija y puedan ir a casa a hacer sus propios arreglos. Quizá tener clases una tarde a la semana para que la gente asista.’
‘Suena bien.’
‘También me gustaría tener una sección de regalos – donde podamos vender carteles hechos en casa y pequeñas baratijas… ¡Cosas que la gente no encontrará en ningún otro lugar!’ De pronto me di cuenta que estaba hablando sin parar. Nunca antes había compartido este sueño con alguien, así que no tengo idea de porqué estoy contándolo todo ahora. ‘¿Qué hay de ti?’ pregunto, feliz de desviar la atención de mí, girando sobre mi espalda.
‘¿Qué?’
‘Ah, cierto. Supongo que ser actor es todo lo que siempre quisiste.’
‘Realmente no. Si soy honesto, nunca quise ser actor. Quería ser un plomero como mi papá.’
‘¿Y qué pasó?’
‘Era bueno actuando,’ dice encogiendo los hombros.
‘Qué bueno que seas tan modesto,’ bromeo.
‘¡Ha ha!’ dice lentamente, picándome en el costado, haciéndome reír. ‘Solía ser dolorosamente tímido. Estaba bien en casa, pero cuando salí de ahí me volvía muy callado, así que mi mamá me obligó a unirme al grupo local de teatro para trabajar en mi confianza.’
‘¿Y fue entonces cuando descubrieron a un genio talentoso?’
‘Algo así,’ dice Billy. Lo escucho inhalar profundamente, mientras duda en continuar. ‘Una vez que empezaron a ofrecerme más papeles y empecé a ganar buen dinero por esos trabajo, era difícil decir que ya no quería hacerlo. Así que supongo que puedes decir que caí en eso sin siquiera pensar si era lo que en verdad quería. No me malentiendas, ¡me encanta!’ insiste.
‘Estoy segura que sí,’ digo, aceptando su honestidad. ‘Creo que es gracioso como la vida te puede guiar por caminos que no habrías tomado de otro modo. ¿Crees que seguirás actuando por siempre?’
‘No estoy seguro,’ dice, jugando con el brazalete en su muñeca. ‘He caído en este papel de adolescente y no es lo que quería hacer. No me di cuenta que cuando acepté el papel en Halo que todo cambiaría drásticamente. Quería ser visto como un actor serio. No alguien del que la gente se riera,’ admite con un gran suspiro. ‘Me gustaría ser reconocido por mi talento y me gustaría ser capaz de elegir mis papeles para poder estar más tiempo en casa.’
‘Suena agradable.’
‘Bueno, la familia lo es todo para mí. Crecí en una familia de siete.’
‘¡Siete!’ exclamo, tratando de no mostrar que ya sabía esta información de cuando investigué en Google. ‘Apuesto que era una casa ruidosa.’
‘Si, lo era, pero siempre tenía alguien con quien jugar o hablar.’
‘Qué encantador.’
‘Sip. Pero ahora no veo tanto a mi familia como me gustaría.’
‘¿Cómo es eso?’
‘Trabajo. Lo estúpido es que los llevé a todos a Los Angeles cuando estaba grabando Halo para que pudiéramos estar juntos, pero el último año he estado en Inglaterra yo solo.’
‘¿Crees que se mudarán de nuevo a aquí.’
‘Lo dudo. Es un estilo diferente de vida allá y ya se acostumbraron. ¿Tienes hermanos o hermanas?’ pregunta, recargándose en un codo.
‘Nop, solo éramos mamá, papá y yo. Dime algo…’ digo, cambiando el tema mientras me concentro en las luces brillando sobre nosotros.
‘¿Qué?’
‘¿Haces esto siempre?’
‘¿Qué?’
‘¿Colgar luces, hornear bollos y comprarle wellies a tu cita?’
Mientras espero a que responda, me descubro nerviosa de lo que podría decir, e inmediatamente empiezo a regañarme por hacer una pregunta tan patética.
‘No,’ dice lentamente, ‘Bizarramente, las chicas con las que he salido en el pasado habrían detestado este tipo de cosas.’
‘¿En serio?’ pregunto, sin creerle. ¿A qué tipo de chica no le gustaría a alguien haciendo cosas así de románticas para impresionarla?
‘Si, tristemente estaban más interesadas en a qué restaurante exclusivo o antro podía llevarlas – querían ir a algún lugar en dónde las pudieran ver.’
‘¿Manteniendo las apariencias?’
‘Exacto. Lo único que importa es cómo te ves y a dónde vas. Correrían una milla si las hiciera quitarse sus tacones de diseñador para ponerse unas wellies y luego las llevara al bosque y las hiciera sentarse en el suelo a comer. Pero eso es lo que me gusta de ti. No eres tan exquisita. Eres real y encantadora.’
‘Oh Dios,’ chillo, dejando salir una risa. ‘El hecho de que he estado cubierta en harina desde el día en que me conociste es por lo que me trajiste aquí ¿cierto? ¿Por qué obviamente no me importa un poco de suciedad?’ Me cubro la cara con las manos mientras dejo salir un gruñido juguetón.
Billy se sienta y aleja mis manos de mi cara, obligándome a sentarme a frente a él.
‘¡No! ¡No me refería a eso!’ dice con una sonrisa mientras aleja mi cabello de mi rostro. ‘Me refería a que no te importan esas porquerías. Estar en Hollywood y esas cosas, todo trata de qué marca de diseñador usas, qué coche manejas, en dónde vives – pero eso no es lo que realmente define a una persona. Nada de esas cosas significan algo,’ dice mientras pone su mano bajo mi barbilla y la levanta para que lo vea a los ojos. ‘El primer día que te vi hablando con aquella señora en la tienda, haciéndole el día por solo 40 peniques, te admiré por tener en orden tus prioridades. Pequeños momentos como esos son por los que la vida vale la pena. Nada más importa,’ repite.
Dejo de respirar mientras Billy lentamente se inclina y pone sus deliciosamente suaves labios sobre los míos. El resto de mis pensamientos rápidamente desaparecen, mientras mi mente y cuerpo son arrastrados por el delicioso momento íntimo.
Una repentina urgencia de inmovilizarlo en el piso y devorarlo completamente me invade, pero me las arreglo para suprimirla… todo a su tiempo, Sophie May, me digo a mi misma. ¡Todo a su tiempo!




1 “Wellies” es abreviatura para “wellington”, que son un tipo de botas que se usan en la lluvia, muy famosas en Inglaterra.

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